viernes, 21 de agosto de 2009

Me lo dijo un Mamboretá


Me lo dijo un Mamboretá… ahí mismo, donde termina el angosto trillo y se encontraba aquel seco y caído ciprés.

Me lo dijo entre risas y más risas. Me lo dijo al oído y un poco a los gritos.

Yo andaba en busca de huevos de pavas, se me había comentado que andaban por allí.

Y él me dijo que no entendía, que no entendía que pasaba con los hombres del mundo.
Que no entendía acerca del odio y del amor, que no entendía tampoco del placer y del dolor… que nada sabía acerca de deseos y frustraciones, ni mucho menos de miserias y riquezas…

Y reía…

Le pregunté por qué reía.
Porque hay un calentito sol me contestó.

Y rió.

Y yo le dije a él, con algo de vergüenza y un poco de arrogancia también: no sabés nada de la vida, de la vida de los hombres… y me fui.. y me fui muy confundido, algo triste y enojado… y sin huevos también.

No hay comentarios:

Publicar un comentario